Eco que en un recoveco
recorre risueño el arroyo
con sonido de Río,
piedra inmortal llamada materia,
te acaricia en infinidad
el agua que discurre,
eres sollozo que efervesce bajo
mirada de rayo, de viento,
de peces caminantes,
eres reflejo del abismo,
sonrisa del cielo,
naciste aquí de la nada
o de algo infinito,
que no alcanza a difuminarse,
los hombres solo somos
barcos a merced del destino
y del aire que nos golpea
con su fuerza tenue,
que le da vida al marasmo
lleno de herrumbres,
consonante del sonido,
eres así naturaleza tienes mil
vestidos,
y como suave bostezo desciendes
con el sol y dormitas,
pero sigues viviendo en los ojos
de un búho,
en una garra de águila paráfrasis
de una palabra llamada quietud,
detrás de otra llamada acecho,
eres un ciclo de muerte y de vida,
y solo soy un simple espectador
en busca de sabiduría en cada peso
de fruto, en cada comportamiento
de ti llamada madre,
eres así tan infinita como tu creador.
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