SONETO BLANCO
ESCUCHAR DEL SABIO SUS CONSEJOS
Nuestra sapiencia puede ser el fruto,
digo, de la experiencia que se gana
por medio de los palos recibidos,
a lo sumo del tiempo y de los años.
Con paciencia también nos evadimos
donde nadie nos pida una respuesta,
porque al darla tal vez se nos prejuzgue
y se nos tache incluso de tramposos.
Pues nos harán pagar como turistas
sin más protestas tan costosos fletes
por escuchar del sabio sus consejos,
porque con suspicacia se le admire,
que poco importará la lucidez
aunque de paz el alma se nos colme.
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