SORSONETE
DECIR ADIÓS
Duele decir adiós cuando se quiere
actuando de verdugo la distancia
mientras pasan los días sin piedad,
cuando el recuerdo hiere
según la circunstancia.
Así como un aguijón la soledad
a los enamorados martiriza
tratando de alejar así el regreso,
cuando a decir verdad
las neuras moviliza.
Quien sabe si en estado de embeleso
la vida en un calvario
se vuelve por desgracia,
que si el amor no se disfruta a diario
resulta una falacia
de efecto refractario.
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