Como un placer que duele
con frecuencia mi mente ama el misterio,
quizás porque llorando en cautiverio
cualquier relación vana sin duda la repele.
Será que en la distancia todo a maldad le huele,
que las cosas se toma muy en serio
siguiendo la moral de un monasterio,
donde el dolor se vuele.
Donde todo parece muy oscuro
rodeado de alguna rara filosofía
venida sabe Dios, señor, de dónde,
pues lleno de miseria se ve cualquier futuro
falto de todo tipo de alegría
aunque si pasta tienes todo el mundo responde.
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