Quizás un comentario muy obsceno
pudiera terminar con mi paciencia,
Dios me asista contar con la prudencia
y verme en adelante más sereno.
Porque si mi razón no pone freno
en tanto necesita convivencia,
difícil se conduce mi creencia
si tiene que acudir a hogar ajeno.
Pues si fuese el exceso de nobleza
quien me culpara así de haber nacido,
bien lejos viera toda fantasía
haciendo que recobre mi entereza
a costa de olvidar mi primer nido
bien grabado en la mente todavía.
|