Aquella noche que me besaste,
sentí latir con fuerzas mi corazón.
Y de la forma que me miraste,
había en tus ojos mala intención.
Después mas tarde me acariciaste.
Y en tus caricias fuego encontré.
Con fiebre loca me lastimaste,
y de tus brazos me separé.
Miré serena tus ojos negros.
Y vi en ellos fuego y pasión.
Te dejé solo y ahora me alegro,
pues conmigo tenias, mala intención.
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