Mutilaron del cielo sublimes tonos de azul,
cambiaron sus ropajes blancos y brillantes
por otros lóbregos, grisáceos en tul,
con diversos adornos de plata destellantes.
Desgarraron sin pudor todas sus vestiduras,
dejando al descubierto sus acuosas entrañas.
sus encantos y sus granizos de agua dura,
sus néctares de vida en valles y montañas.
Las desgarradas nubes lloraron y lloraron,
lavaron las ciudades y alimentaron el campo,
mojaron rostros y cuerpos, plantas regaron
y sirvieron de pretexto a los enamorados.
Mutilaron del cielo sublimes tonos de azul,
desgarraron sin pudor sus grises vestiduras;
recoge en tus manos gotitas de ese tul
y forma con ellas, en versos, una escritura.
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