¿Has contemplado las olas marinas y su vaivén?
A mí me parece que es así como el mar suspira,
quizás por los ojos que de esa forma lo ven,
quizás por un amor que inevitablemente expira.
De día o de noche, va y luego viene el mar,
dejando sobre largas playas sus espumas
y en las rocas, muestra de su impetuosidad;
el mar se agita, siempre, de la una a la una.
El mar suspira, tal vez por una perdida sirena,
quizás en sí mismo, él con sus olas se ahoga,
al besar nervioso las movedizas arenas
con sus constante e incansable prisa loca.
A mí me parece que es así como el mar suspira,
quizás por los ojos que de esa forma lo ven,
tal vez por esta poesía que aquí expira,
acaso por lo que pudo ser... y nunca fue.
|