Mujer, te encuentras en la cárcel, tu destino,
te jugó una mala pasada de momento.
Te recriminan todos, tus mejores amigos,
se han vuelto indiferentes como el viento.
Cometiste un error o tal vez te obligaron,
todas las circunstancias sin dejarte salida.
Te dejaste llevar y como todo humano,
caíste en la trampa que te puso la vida.
Ahí en esa cárcel pagas por tu delito,
y desde ahí aprende que tu vida es valiosa.
Después de tu condena con amor yo te invito,
que disfrutes tus días haciendo nuevas cosas.
Que vayas con tu frente muy alta por las calles,
porque fue largo y triste el castigo a cumplir.
Y ya en paz con los hombres, espero que tú halles,
la fuerza espiritual, que te ayude a seguir.
Por el camino recto de paz y de justicia,
sin olvidar que hay muchas mujeres como tú.
Que por las circunstancias rodeadas de malicias,
se encuentran entre rejas, en un mundo sin luz.
¡Mujer yo estoy contigo! yo no te recrimino,
porque al igual que tú yo también soy mujer.
Con defectos, virtudes, también con un destino,
que me obliga a decirte ¡no te dejes vencer!
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