Dicen, lo que afirman conocer al respecto,
que la de los toros es una fiesta brava,
mas yo mucho disiento de todo esto,
pues de bueno, las corridas no aportan nada.
Quienes al ruedo salen vestidos de luces,
llevan la consigna del dolor y la muerte.
Son carniceros, que se van de bruces
ante un toro, a mal probar su suerte.
La discusión que esto genera, no es nueva;
pero aún así, nunca será ocioso reflexionar
si las corridas son o no una cosa buena,
digna de reconocer, o delito qué sancionar.
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