Amé tu amigo sí, él me ofrecía
lo que tú me has negado, compresión.
Sinceridad, lealtad y esa alegría,
que brinda él que en verdad sabe de amor.
Amé tu amigo sí, hablando de tus cosas,
él solo me escuchaba no daba su opinión.
Simplemente cortaba espinas de esas rosas
que yo por tu cariño sembré en mi corazón.
Amé tu amigo sí, él fue mi confidente
y como hombre al fin me hizo comprender,
la dulzura que brinda un amor que es consciente
ante el alma sensible, de cualquiera mujer.
Amé tu amigo sí ¡y lo amo todavía!
Y no por que él me pida que deje de quererte.
Tu amor me brinda noches oscuras y vacías,
y en él está la aurora ¡que nunca has de ofrecerme!
|