Gire la cabeza y vi
a un señor matando a otro señor;
una mujer se había fijado un precio
para entregarse al mejor postor.
Era debate constante entre los jóvenes
si LSD, blanca o marihuana;
en la primaria los niños crecían
pensando sólo en plata y en fama.
No había...
no había Amor.
Gente pesada manejaba la vida,
tenía el control, decidía la muerte;
gobernantes del mundo e hipocresía
iban en yunta a mentirle a la gente.
Los pobres se peleaban entre ellos
se traicionaban por lograr más raciones;
no había forma de prosperar, ya estaban,
duros y sordos sus tristes corazones.
No había...
no había Amor.
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