Entre las tormentas, sorteando los troncos del camino,
la resequedad de la tierra o el radiante sol,
cada quien debe ir labrándose su propio destino,
teniendo como guía las enseñanzas de Dios.
Nadie lo debe cuestionar, menos aún dudar:
la ruta está llena de tropiezos y resbalones,
mas para llegar, hay que ser fuerte y luchar,
porque la escalera de la vida tiene muchos escalones.
Este el camino, procura no apártarte de él.
No hay en todo objetivo, mejor recompensa,
que lograr con empeño lo que quieres ser o tener.
Ahora, dime tú, exactamente en qué piensas.
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