De un tiempo para acá, dos ojos no me alcanzan
para ver de cerca y entender letras pequeñas;
los expertos aseguran que la vista se cansa
y entonces, gafas hay que usar, según lo recomiendan.
Con mis anteojos, no hay texto pequeño que no lea,
claúsulas engañosas de contrato que no advierta.
En la casa o la oficina, me ayudan a que vea,
a veces más de la cuenta, aunque no lo creas.
De un tiempo para acá, cuatro ojos ya me bastan,
para ver de cerca y entender letras pequeñas.
Con mis anteojos, mi vista algo ya descansa,
no importa ser cuatrojos, si la medida es buena.
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