Dicen que la luna lleva,
lleva sarcillos de estrellas
y que lleva una peineta,
y que se pone mantilla,
y que se baña en la alberca.
Dicen que cuando está llena
en el río ella se peina.
Dicen que se perfuma
con romero y con canela.
Dicen que se ha enamorado
de un toro de piel muy negra,
y que se viste de luto,
y que se viste de fiesta,
y que se viste de luces
porque ella es muy torera.
Mujer la hizo el poeta,
esotérica, las meigas,
y mágica, las mareas.
Lorca la hizo de cobre
también gitana morena
me la vistió de volantes
y me la llamó coqueta.
Cuentan que sale de noche
en soledad y sin pareja
y que tiene amoríos
con pintores, bandoleros,
toreros y mil poetas.
Dicen que con su luz de nácar
hace a la agüita de plata
para pintar las orillas
de riberas y de playas.
Dicen que es fría y distante,
que es una amantis dorada,
que a veces es algo alcahueta,
celestina y una romántica.
Cuentan que en primavera
provoca promesas falsas
y que su luz te emborracha,
que se enreda entre las rejas,
por los patios y ventana.
Dicen algunos poetas
que la luna es sevillana,
que a veces se siente mora
y a veces se hace cristiana.
Al llegar el viernes santo;
ese viernes de madrugada,
se me hace costalera,
con costal hecho de albahaca,
y en sus hombros ella carga
a Sevilla y a Triana.
Y esa lunita, lunera,
todas las noches ella baja
al centro de la Maestranza
y se maquilla de albero
para clavarse en el cielo,
más brillante y más dorada,
porque esa luna, lunera,
le gusta ser deseada,
mujer y sevillana.
|