¿Te acuerdas cuando chicos
cuántas veces cantamos a Cri-Crí?
Yo quería ser la hormiga
y tú me salpicabas y te reías de mí.
Hoy te he recordado,
cantaban el Ropero de la Abuela
y en un momento dado pensé...
la escribió para mí.
No te rías, sí, ya sé,
que no soy abuela, ni tengo ropero,
pero un secreto sí,
tengo un rinconcito escondido
muy dentro de mí
que me sirve de ropero
y me ayuda a vivir.
En él atesoro momentos,
guardo risas y suspiros,
un piropo y un adíos,
días de gloria y días soleados,
alguna que otra pena,
y un poco de soledad.
Cuando pierdo la fuerza,
y flaquea la confianza.
Cuando es difícil
afrontar la vida con entereza,
abro ese viejo ropero
para encontrar algo nuevo
que tenía olvidado ahí.
Por eso, hoy que te veo triste,
y piensas que nada tiene sentido,
te pregunto
¿Dónde dejaste la llave
que abre ese rinconcito secreto?
Sí quieres te presto la mía
y vuelve a ser feliz.
|