Ese dulce secreto que los dos compartimos,
es algo tan sublime que solo es de los dos.
A nadie consultamos, a nadie le dijimos,
porque todo pasara tan solo entre tú y yo.
Ese dulce secreto me anima día a día,
a recoger del piso la esperanza y la fe.
Que tiré una mañana con toda mi energía,
cuando me destrozaron los sueños que forjé.
Ese dulce secreto quedará para siempre,
oculto en lo profundo de nuestro propio ser.
Y hemos de compartirlo a espalda de la gente,
porque un dulce secreto es de dos ¡no de tres!
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