Acogidos en la grandeza de Dagda,
danzando con Nemetona y Cerridwen,
bardos, bates y druidas
colman su sueño en Awen.
Fantasmagóricos, furtivos y tenaces
con cánticos arcanos y sagrados
van ligando los conjuros del hechizo
tramados con caudas de estrellas fugaces,
mezclando reflejos de luna en mi piel.
Se ha forjado un sortilegio.
¡Poderoso como un suspiro!
¡Peligroso como un deseo!
¡Mortal como un beso!
En un velado y furtivo te quiero.
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