Cuando el cielo llora...
Bañaba mi rostro la lluvia que a raudales caía,
el piso mojado reflejaba como espejo el cuerpo que corría
para guarecerse del agua que empapaba sin parar,
la sombra se hizo ante las nubes grises que tapaban al sol
y entonces, el cuerpo se tornó etéreo y se alargaba y se hacía inmenso
y la angustia hizo presa del alma que ocupaba esa materia que de pronto dejó de ser.
Llovía a raudales y mi cuerpo se diluyó entre sus gotas.
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: en este instante
28 de octubre de 2003
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