¡Próvido poder!
Que hiciste que armamentos
de técnicas abanzadas
y atrasados conceptos
hicieran estallar cuerpos
de hombres y niños,
haciendo salpicaran
a las nubes blancas
de gotas de sangre
que clamaban
¡Paz y Justicia!
y el ocaso del hombre.
Cubriéronse los campos
de hombres muertos,
como espigas tronchadas
sangrando amapolas
de sus pechos abiertos.
Ojos como fáculas
se fueron apagando
mientras mirabana un cielo
cubiertos de interrogantes,
que lloró al verlos.
Por el horizonte despuntan
ejercitos de niños
que arrastran sus esqueletos
formando siluetas
de saltamontes muertos.
Vientres preñados de hambre
de olvido y de indeferencia
esperan la muerte
en vez de alimentos.
Limusinas negras pasean
a corbatas importantes
que promente soluciones
mientras venden armamento.
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