Ustedes, aves y criaturas de Dios,
provistas del don maravilloso de volar,
son como flechas al aire con trinos,
cántico y presencia para recordar.
Miro al jardín por la tarde,
notas van, notas vienen.
A los pájaros escucho sin cansarme,
mientras cantan sus cantos leves.
No, no tengo pájaros en jaulas,
pero ellos llegan a mi jardín;
alegran la tarde, son libres, sin jaulas,
van y vienen, sus visitas no tienen fin.
A los pájaros, aves y criaturas de Dios,
que surcan con sus vuelos las alturas,
les pido que no extingan sus trinos,
que vuelen libres, sin jaulas, por las alturas.
|