No puedo desandar el camino,
que sobrescribiendo, lo ya escrito
fue cambiando mi propio destino.
Las huellas que ya un día anduve,
aparecen bajo el paso que doy,
y el rastro de las sombras del ayer,
me guían por laberintos de hoy.
Donde la inercia me hizo caer,
ahora se sostienen mis pies.
Y en la larga caminata de la vida,
he corrido las estepas,
tuve que subir por las colinas,
y descansé en los valles
para poder trepar a la cima.
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