Más allá de donde reposa el horizonte
escucho tu eco cuando me nombra,
también allí donde el agua se esconde
me encuentra la voz de tu llamada.
Y en busca de ese don que me concedes
se conduce mi alma casi encantada.
¿No te lo había dicho antes?
Eres tú, Amor, quien me da la calma,
donde encuentro un remanso de luz y paz
.... de copas colmadas.
Antes de haberte conocido
mi espíritu huérfano, sin rumbo vagaba.
Al encontrarte a ti, encontré mi destino
y mi desasosiego encontró una balsa.
No sé, en que cuerpo físico te presentarás
en qué labios viajarán tus besos,
con qué manos seré acariciada
y con que ojos harás que me distraiga.
Ahora que estás aquí, no te alejes,
pues todas las estaciones
me parecen primavera,
y es que estando a tu lado
la vida toma otro sentido,
porque ahora miro
con los ojos del que ama.
Así que nunca me digas adiós
nunca te vayas o me robarás la esperanza.
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