La mujer que es poetisa
siempre tiene la virtud
de poder viajar sin visa
en sus poemas de luz.
Detesto la vanidad,
la imperdonable mentira.
Las dos son enfermedad
que lo bueno contaminan.
Trata de vivir tu vida
diariamente en paz con Dios,
ignora lo que otros digan
pues la ENVIDIA tiene voz.
El que la hace la paga
de mil formas diferentes,
una de ellas ¡la más mala!
que te conozca la gente.
Nunca permitas jamás
que otros por sus intereses
te quieran arrebatar,
los derechos que mereces.
No quieras cambiar la gente
eso no lo lograras,
cambia tú prudentemente
y el cambio lo notaras.
Discreción es la medida
clave, ante los asuntos
que tratemos en la vida.
¡Ella es la llave del triunfo!
Siempre, siempre la prudencia
debe ser tu consejera.
Y evitar que la impaciencia
te haga actuar a la ligera.
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