La caricia de tu aliento
ha devorado madrugadas...
Amaneciendo con alas de marfil,
vestidos con la aurora,
fuimos viajeros del hemisferio sur.
Caminante de tu corazón
en el duelo de la conquista,
me recompensaste con un trofeo
el abrazo de tus labios.
Instante de nuestro libro inédito
grabado en el eclipse de la mirada,
refugiado en el umbral de la gloria.
|