Hay miles de motivos
para estar contentos,
y también agradecidos:
el estar “vivos”, el caminar,
el hablar, el sonreír, el trabajar,
el tener un techo para descansar,
el contar con familiares,
con amigos que nos apoyan
con su comprensión,
con su cariño,
el cantar, escribir, bailar,
contemplar un atardecer,
fundirse en el vaivén del mar,
en el trinar de las aves.
Seámos perceptivos,
olvidemos la esclavitud
de las prisas y del tráfico,
del ego y su vorágine.
Elevemos los ojos al cielo,
recibamos la brisa del viento,
demos gracias al Supremo Hacedor,
la bendición de las lluvias,
de la familia y amigos...
¡LOOR PARA ABBA,
NUESTRO DIVINO CREADOR!
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