Como se acerca el día tan deprisa
a despertar el cuerpo remolón,
con un sabroso y buen caparazón,
de reojo al espejo una sonrisa.
Ni tiempo que perder con tanta prisa,
al trabajo me llego de matón
donde me creo el dueño fanfarrón
poniendo la mirada de pesquisa.
Y volviendo la vida del revés
donde nadie parece tener miedo,
esta historia de buenos y bandidos,
día a día se cumple cada mes,
pareciendo al final contar un bledo
quienes resultarán favorecidos.
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