Hoy no veo con buenas intenciones
los retos de ninguna religión
que me obligue abrazar su tradición
limando cantidad de observaciones.
Porque poniendo tantas objeciones,
siendo la fe el final de la cuestión,
donde se hila interés con la pasión
no te permite muchas elecciones.
Hoy me deprime el ánimo al pensar
si hube de ser cristiano y apostólico
por puro obedecer y obligación.
Si al instante pudiera renegar
mi triste condición de ser católico,
seguro cambiaría mi razón.
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