Entre dos almas
la simiente
que espera buscando una estrella
hacia el sur
donde el verbo
el verso
se hacen mar
y los eternos besos
esperan.

Y mientras
un niño
intenta
meter el mar en una cubeta
sin pudor
sin mala fe.

Y el santo Agustín
sonríe
complaciente
con un libro
en el alma
en su alma.

Y Blanca,
la de Mateo
con un patito lindo
entre sus brazos de seda
también sonríe
y llora
y siente
y escribe en un refugio
el de la niebla
el de todos los días.

Desde mi mar atlántico
bravo
entre mis siete islas
que alumbran España
y sienten México
como el último destino
entre los mares diversos
que se abrazan,

Blanca Paloma
blanca espuma de las olas
que te refugias en la niebla
para amanecer
para soñar
para vivir en el verso
que se hizo canto
en el Zenote Sagrado
en el laberinto de la vida
en la metáfora;
y en esa alma blanca
repito, insisto
la tuya
la de Agustín de Hipona
que te cuida
que te ama
y que siempre te recuerda
la luz de tu camino
¡AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS!


Con inmenso AMOR y alegría Para Blanca, Agustín y Paty.
Los recuerdo con mucho cariño y espero verlos pronto. Blanca, estoy deseoso de recitar tus poemas, con un vaso de vino y darles un a brazo a los tres. En diciembre. Dios mediante los vere y abrazaré. Felicidades por tu libro.

Fernando Pérez.