En un espejo se baña la luna
cual lentejuela que brilla en el agua,
miro extasiado la luz tan profunda
que me conmueve en el fondo del alma.
En el silencio que absorbe mis dudas,
tal vez los peces adoran la luna
se quedan quietos pacientes y mudos.
Como quisiera salvarla del frío
y así cubrirla con brazos de fuego,
pero al tocarla en hebras sutiles
desaparece el reflejo que encanta.
Es la ilusión de un amor extrañado
que se retrata esa noche en la playa,
en un afán de guardar mi tesoro
que ya ha partido al confín de los mares.
|