Siempre y cuando persista en escapar
de la frialdad macabra de este mundo
en cuya oscuridad a veces me hundo,
quiero por un momento especular
y seguro muy pronto remontar,
ese cielo de paz por un segundo,
sin que la condición de vagabundo
ya pretenda volverme a traicionar.
Quiero olvidar el sueño prohibido
desde que la escasez de juventud
me obligó a sujetar los pies en tierra,
viendo que el optimismo contenido
convirtió la exigencia en mi virtud
y en el buscarme bienestar su guerra.
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