A veces pienso que pensar me aburre,
pero luego de veras reflexiono
que cuando el pensamiento se me escurre
a mi conciencia se le sube el tono.
Pues consciente se vive más del doble
aprovechando el tiempo a todas horas,
y dejando que el ritmo firme y noble
lo marquen para siempre las auroras.
De muy poco nos sirven hoy las prisas
disimulando no meter la pata,
aunque cambie el color de las camisas
según nos beneficie la contrata.
Vivir despiertos vale una fortuna
por los visto a juzgar como ninguna.
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