Pues no habrá sido inútil tanta huida
cuando aún mi juventud menos se esmera,
mostrando su ternura más austera
y buscando al momento una salida.
Será que nuevos aires me den vida
retirando de en medio la barrera
que inmoviliza al alma aventurera
en el momento de romper su brida.
Será que no persigo con ahínco
atrapar ese instante prodigioso
en el que pueda andar por esta cueva,
disfrutando de todo lo que trinco,
tan lejos de ese ambiente peligroso
y al margen de cualquier tipo de prueba.
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