Mal está que persigan a las putas
y que no hagan lo mismo con sus clientes
subnormales, cabrones, repelentes,
cuando en casa no afrontan sus disputas.
Igual lo pasan siempre muy canutas
que ni la paja llena bien sus mentes
llegando a parecer quizás dementes
y de por vida auténticos reclutas.
Porque culpables son de igual manera
de semejante y réprobo negocio
los cautos y estrambóticos varones
que disfrutar disfrutan la repera
porque son campeones hoy del ocio
y todo les importa sus cojones.
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