Si acaso ya de mí no te recuerdas
no te lo guardes más en el olvido,
por favor de rodillas te lo pido,
libera ya mi cuello de sus cuerdas.
Por los cerros de Lima no te pierdas
dando todo este asunto por perdido
presumiendo con paso decidido
que ya de mi cariño no te acuerdas.
En olvidarte a veces yo me esfuerzo
tanto que me resulta inconfesable
semejante secreto, te lo juro,
porque cuando de estúpido yo ejerzo
no soy de mis pecados responsable
y menos de mi insólito futuro.
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