Cuatro mil mentes cerradas,
ochocientos trapos sucios,
quince mil vidas segadas.
¡Y el dueño!
Siete mil sueños maltrechos,
cuatrocientas bofetadas,
veinte mil niños hambrientos.
¡Y el dueño!
Setecientos malos tratos,
quince mil penas de muerte,
setecientos aturdidos.
¡Y el dueño!
Los mercados que se ocultan,
los banqueros que se ríen,
los amores caducados.
¡Y el dueño!
Un millón de abusadores,
once mil rosas que lloran,
trece mil desconsolados.
¡Y el dueño!
Treinta mil desesperanzas,
cinco mil duros olvidos,
el hambre que se atrinchera.
¡Y el dueño!!
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