Si cabalgando a hombros de tu suerte
pudieras alcanzar tus altos vuelos,
cuida sin objeciones de tus cielos
hasta que con salud puedas tenerte.
Pues de sorpresa llegará la muerte
cubriéndote de oscuro con sus velos
al llenar la razón de desconsuelos
siempre que nadie pueda retenerte.
Así que mide siempre tus palabras
al liberar secretos compartidos,
tal que fueran vandálicos tesoros,
por si pudieran resultar macabras
demostrando con gestos presumidos
el más horrible canto de los loros.
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