Trazando mil distancias de por medio
cuento las primaveras que disfruto,
y a veces reconozco, muy en bruto,
porque vencer me pueda tanto tedio.
Igual no tenga a mano más remedio
que buscarle al placer un sustituto,
aunque ya con los años ni me inmuto
saldando sin temor cualquier asedio.
Pues desear no quiero que me obliguen
más a creer en credos ni doctrinas
aunque me cubran con alhajas de oro,
pidiendo por favor no me fatiguen
con sus más elocuentes medicinas
que pregonar pudiera incluso un loro.-
|