El ala vagabunda de la brisa
sostiene con sigilo mi talante,
mientras camine sólo hacia delante
y conserve en mi cara la sonrisa.
Porque pensar requiere de esa guisa
si ante el mundo de luce muy brillante,
que a las personas lúcidas encante
de manera sincera y tan concisa.
Será que la mentira mal nos deja
por donde quiera que infeliz se vaya
buscando sospechosos beneficios,
tanto que la razón desaconseja
el asociarse con cualquier canalla
sin corazón en multitud de oficios.-
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