Sociedad sin escrúpulos humanos
la que estamos creando compañero,
donde se multiplican los tiranos
enfermos tras la huella del dinero.
Los domingos a misa como hermanos
corren en compañía del banquero,
que sin mancharse por pudor las manos
con picardía cubre su trasero.
Quizás la sociedad contaminada
aprovecha también las ocasiones
por temor a quedarse en la estacada,
y tanto que ocultando sus marrones
a la hora de contar no sabe nada
por si acaso le asaltan los ladrones.-
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