Si la vida defiendo yo a mordiscos
y a distancia camino de los credos,
aún así no escapo de los miedos
cuando siento explotar la mente en ciscos.
Pues cultivar quisiera los hibiscos
tranquilo sin pillarme más los dedos,
porque también me matan los enredos
tanto como el andar entre los riscos.
Claras hay que tener aquí las cosas
para no andar colgado por la vida,
sin tener que pedir a dios favores
como quien alimenta mariposas
y se las lleva, dice, a su guarida
porque al alma alivia sus dolores.-
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