Mis apegos no son nada profundos
porque al pasarme media vida huyendo
muy poco atarme yo tal vez pretendo
arañando a la vida unos segundos.
Consciente de que existen otros mundos,
y puesto que de nadie yo dependo,
me voy quizás a diario despidiendo
hasta de mis anhelos vagabundos.
Disfrutar de la vida ya es bastante
y lograrlo con creces suficiente
en medio de las trabas que nos muestran,
porque nunca quisiera dar el cante
y sentirme de forma repelente
viendo como las musas me secuestran.
|