Pues confiando en el juicio de un amigo
mudo quedé en la luna de Valencia,
cuando perdida toda la decencia
me dejó descompuesto y sin abrigo.
Por eso yo prefiero el pan de trigo
que en mi huerto coseche con paciencia,
sin esperar del juez falaz sentencia
que al traste me encamine cual mendigo.
Así lo comunico al mundo entero
para que no me de jamás la lata
si observa que me largo de repente,
por donde considere que el sendero
nudos no me produzca en la corbata
y dejarme me deje al fin demente.-
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