SONETO.- MUJER
Cuántas razones necesitas, cielos,
para verificar milagro y suerte,
que presto me llevaron a quererte
al hacer ciscos todos mis desvelos.
La recompensa asida por los pelos
nos ayudó a pujar en vida, fuerte,
y a conservarnos lejos de la muerte
sin caminar tirados por los suelos.
Me pregunto si fuera por descuido
que el amor escapó de nuestras manos
dejando bien marcada su secuela.
Quizás necesitaste un nuevo nido
donde llenarte con ambientes sanos
al zoco de los cuentos de la abuela.
Luis Pérez.-
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