SONETO BLANCO.-
Por escribir mi orgullo y vil soberbia
recompensas apenas si recibe,
porque la soledad conmigo es una
y la humildad no sabe de traidores.
Pues ya me gustaría mucha veces
permanecer alerta del cotarro,
no sea que me exijan hoy tributos
quienes desde el atril fortunas sacan.
Será que mucha suerte nunca veo
que me dé ni me quite la razón
cuando comprar no compro loterías,
será que la pasión se me consume
mientras haciéndome, quizás el loco,
alguna breva en el sofá me cae.-
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