Soneto.-
Sin parecer un náufrago en el puerto
me gustaría darte aquí las gracias,
obviando en lo posible las desgracias
que resolver pudieran el entuerto.
Pues caminando a solas ando tuerto,
mientras tú con tus órdagos te sacias,
como si al valorar tus diplomacias
ya me pudieras hoy llevar al huerto.
Quizás porque el amor echa raíces
nos resulta volátil de repente,
cuando la situación se nos complica
por temor a que deje cicatrices,
si con el diablo chocas hoy de frente
y la ruptura igual nos gratifica.
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