Quien pueda disfrutar de sus sentidos
suerte tendrá si nunca los olvida,
porque se trate de gozar la vida
bien lejos de mandatos resentidos.
Mucho mejor será sentir latidos
dejando siempre la misión cumplida,
que darla antes de tiempo por perdida
esperando responda a sus cumplidos.
Fácil que aquí se acabe todo el cuento
por el que cada día nos retamos
al ver que a la primera todo cuadre,
importando de veras un pimiento
si en la dichosa bronca nos matamos
aunque detrás se ponga nuestra madre.
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