De improviso se presentó,
destruyó todo a su paso,
se llevó el estrés y las prisas,
las angustias,
las risas y amistades fingidas,
la esclavitud del reloj,.
Las reuniones, acuerdos, actas,
los procedimientos y simulacros,
los talleres, cursos y diplomados
los famosos bomberazos
se diluyeron en el viento del olvido.
Se adueñó de mi alma la paz,
la ilusión, la alegría.
¡Es la jubilación una Bendición!
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