HUMILLARNOS PODRÍAN ...
Humillarnos podrían las mujeres
dándonos latigazos con los codos,
cuando exigiendo estén sus acomodos
entre otros innombrables menesteres.
Y es que en la calle yo con mis enseres
me las vi, revolviéndome en los lodos,
una vez que sin ánimo, ya todos
los días se volvían alfileres.
Decir no puedo que tal vez Cupido
las flechas me tiró desordenadas
hasta el punto que obviando mi fortuna
nunca fui por mi acción apercibido
aunque tratado fuera yo a patadas
mirando me quedé solo a la luna.-
|