SIN ASISTIR A FIESTAS...
Sin asistir a fiestas placenteras
ni andar con palaciegas mercenarias,
sí que arriesgué las veces necesarias
que mi instinto aguantó noches enteras.
Que aciagas fueron las banderas
que a salir me llevaron de Canarias,
donde sufriendo humillaciones diarias
por doquier surgían calaveras.
Que si la tierra de los pies te mueven
la desesperación sube de tono
y muy a duras penas se controla,
que si sólo los feos no se atreven
hoy yo con mi experiencia lo razono
por si hacer me tocara carambola.-
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